jueves, 20 de abril de 2017

kaffee&Kuchen: Pastel de queso con fresas (Erdbereen-KäseKuchen)


Uno de mis favoritos en el mundo mundial: un clásico de los pasteles de queso que destaca por su color y sobresale por su sabor. 

Mi Kaffe&Kuchen de esta semana: para festejar la visita de mis padres, que vienen en su BMW desde Murcia, en una larga ruta que los ha llevado a Córcega. De vuelta a Marsella, han conducido hasta nuestra casa en Schmerikon casi sin parar...   Hay que ver a los nietos. :)


La receta que he elegido está basada en una vieja fórmula que aprendí en Canal Cocina, hace más de 15 años, de aquel programa que se llamaba Dulces Tentaciones y que protagonizaba -qué casualidad!- una monja de origen suiz. La hermana Bernarda, que se había ido a Argentina con su orden a realizar su labor, era una portentosa de la cocina en general y de la repostería en particular. Ella veía en un dulce una oportunidad para conversar y para mimar a los seres queridos. Describía lo que elaboraba de una especial manera que hacía imposible decidir qué probar primero. 

Aquí mi homenaje a aquella fabulosa mujer. 

Pastel de queso al horno con fresas (Erdbereen-KäseKuchen)

Tiempo de elaboración: 30'
Horno precalentado a 150ºC. 
Tiempo de cocción: 50' 

Ingredientes:

Para la base de masa quebrada:
250 gr harina
60 gr azúcar
125 gr mantequilla 
1 huevo
1/2 c c sal
1 c c levadura química
ralladura de limón, naranja o vainilla (a elegir)



Esta es una masa quebrada que no tiene ningún misterio. 
Disponer todos los ingredientes todos juntos en la TMX y amasar 10'' V6. Acabar de amasar sobre la superficie de trabajo, formando una bola con las manos. 
Si lo vas a hacer manulmente: dispón harina, azúcar y mantequilla sobre la mesa e integrar pero sin acabar de amasar, hasta tener una especie de arena gorda.  Agregar el huevo y aroma. Formar una bola. 
Es una masa suave (como decía la hermana Bernarda) que no necesita reposo si no se quiere estirar con rodillo. Yo he aprendido de ella un par de cosas; una forma de forrar el molde sin tener que refrigerar es la siguiente: tras tener la masa hecha, cortar rodajas de un grosor adecuado con una pala de repostería o cuchillo, y  disponerlas sobre la base del molde. Cuando esté todo cubierto, presionamos con las manos hasta unirlo todo e igualmente con los bordes para hacer las paredes de la base. Otro truco bastante práctico en estirar con rodillo entre dos papeles de horno y luego forrar con cuidado la base del pastel. 
Mientras preparamos el relleno podemos refrigerar la base para que esté más consistente en el momento de rellenar. 

Para el relleno:
1/2 kg queso quark 
3 huevos
2 c s harina 
6 c s azúcar
ralladura de limón (o vainilla)
50 ml aceite de girasol o mantequilla fundida



Ya sabes, si usas alguna máquina... nada más que poner y batir hasta integrar. Si lo hace manualmente,  bate todos los ingredientes menos los huevos, que iremos incorporando uno a uno hasta integrarlos todos bien. 




Para la compota de fresas:

250 gr fresas cortadas en trozos
3 c s azúcar
50 ml agua

La compota la puedes preparar previamente si lo deseas. En un cazo al fuego medio, poner  los ingredientes y hervir por 5 minutos. El jugo resultante de la cocción lo puedes reservar para la cobertura. 

Sacamos la base de la nevera y rellenamos con el queso. Distribuimos  las fresas sobre el queso, reservando su almíbar. Realmente el glaseado no es necesario. Queda bonito e impide que la superficie se seque pero no es determinante en sí para el resultado final. Si te quieres saltar ese paso incorpora también, por encima del batido de queso, el almíbar de las fresas. 


Horneamos el pastel a 150 ºC unos 50 '. 


Pasado este tiempo, comprobar con un palillo que está cocido. Esto lo haremos sin sacar del horno. Lo dejaremos unos minutos más con el horno apagado y la puerta entreabierta. Luego lo dejaremos enfriar fuera del horno. 



Glaseado:
Opción A: 
jugo de fresas y agua hasta 250 ml
1 sobre de tortengus rojo o transparente
2 c s azúcar

Opción B:
Jugo de las fresas, una hoja de gelatina neutra. 

Aunque este paso se puede dejar para cuando el pastel esté totalmente frío, a mí me gusta incorporarlo con el pastel tibio para que se absorba algo de esta cobertura. 
En un cacito ponemos el jugo y completamos con agua hasta los 250 ml. Añadir 
1 o 2 cucharadas soperas de azúcar mezclar con un batidor manual hasta que esté bien disuelto. Seguir las indicaciones de tiempo del paquete. 
Distribuir sobre el pastel frío y meter en la nevera.

Si te decides por la opción B, tan sólo tienes que poner a remojo la gelatina con agua fría y cuando esté blanda, disolverla en el jugo caliente. Distribuir sobre el pastel frío y volver a meter en la nevera. La cobertura resultante de esta opción es siempre menos abundante, pero a veces "menos es más"; el sabor es más natural! La foto que aparece debajo es la del la opción A, pero si te vas a mi perfil de Instagram o Facebook pueder ver otras pruebas de este mismo pastel

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Espero que disfrutéis con esta receta tanto como yo. Realmente no es tan complicada como parece y el resultado es incuestionablemente maravilloso.

Por cierto, aquí os dejo un enlace al Blog de Sally, una youtuber afincada en Alemania que, hoy por hoy, es un gran referente para mi proyecto-blog. Este pastel de queso con franbuesa y base de galletas, sería otro posible enfoque de esta receta. 
Gracias por leer! 

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