lunes, 4 de noviembre de 2019

Pastel de queso o KäseKuchen



¿Favorito siempre? Sí, ¡siempre! ¿Por qué será? El pastel de queso al horno o KäseKuchen vive su momento de gloria (otra vez!)

Y de un tiempo a esta parte, presente en las cartas de los grandes restaurantes del momento así como de los pequeños, me resulta cuando menos curioso que conteniendo aproximadamente  los mismos ingredientes, todos parezcan iguales pero sean de hecho tan diferentes. 

Una grata infección en la redes sociales con exuberantes fotos de ellos me asaltan cada día: tostaditos, cremosos que se despatarran en el plato, compactos al estilo de la abuela, altivos y aterciopelados, temblorosos  pero seguros de sí mismos...  Si tuviera una muestra de cada no sabría decidir por dónde empezar. 


Pese a toda esta palabrería, mentiría si dijera que no tengo mis preferencias, así que aquí está  mi primera propuesta: un pastel de queso al estilo alemán, de los altos y doraditos, con su base de masa quebrada, que se puede acompañar -o no- con un coulis de frutos rojo o fresas, o simplemente comerlo así como es, genuino y sin florituras. 



Pastel de queso o Käsekuche

Tiempo de preparación:  30 minutos aproximadamente.
Tiempo de horno: 50 minutos a 1 hora. 
Precalentar el horno 180ºC, con ventilador.


Ingredientes:


Para la base:

200 gramos de harina
75 gramos azúcar
75 gramos de mantequilla 
1 huevo
7 gramos levadura química


Para el relleno:

125 gramos de mantequilla reblandecida o margarina
225 gramos de azúcar
1 paquete de azúcar de vainilla o 1 cucharadita de vainilla liquida (así mismo sirve una vaina, etc.)
1 paquete de puding de vainilla (o 60 gramos de maizena y duplicar la cantidad de vainilla anterior)
3 huevos
500 gramos de queso Quark
200 gramos de nata agria (si no se tiene, sustituir por nata o creme fresch con  5 mililitros de limón exprimido)
200 gramos de nata montada en el momento

Preparación de la base:

Preparar un molde desmontable de unos 26 centímetros de diámetro: embadurnar con una ligera capa de aceite y luego una cucharada de harina. Sacudir el exceso. 

Disponer todos los ingredientes secos sobre la harina y la mantequilla cortada en daditos. 
Empezar a mezclar con los datos, intentando integrar la mantequilla con el resto de ingredientes y, a medio camino, añadir el huevo.
Formar una bola, aplanarla y dejarla reposar en la nevara 30 minutos, envuelta en film transparente. 


Preparación del relleno:

Montar la nata bien fría  y reservar. 
Por otra parte, combinar la mantequilla reblandecida, el azúcar, la vainilla, el polvo de pudin y los huevos. A continuación, añadir el queso y la nata agria. Por último y suavemente, agragar la nata montada. 

Estiramos la masa para forrar el molde que hemos preparado. 
Vertemos la mezcla de queso y horneamos a 180ºC entre 50 minutos y una hora, dependiendo del horno. 
En mi caso, decir que lo he horneado 50 minutos; he apagado el horno y abierto la puerta, dejando dentro el pastel otros 10 minutos. El resultado ha sido de perfectamente cocinado, sin quedar seco. .

Pasado el tiempo extraer y dejar enfriar 10 minutos. Repasar los borde con un cuchillo para separar el pastel del molde. Dejarlo enfriar completamente. 


Sin entrar en matices de gusto personal, ya que no es mi idea encontrar el pastel perfecto para mí, os animo a darle el punto que más os guste a partir de la información que aporto sobre el acabado. Me encantará saber qué tal os ha ido! :))
Gracias por leer. 
Mariví xxxx.




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